
Me fascina descubrir objetos que hayan nacido con el objetivo de cubrir una necesidad práctica y que, más allá de posibles asociaciones, posean una belleza retro que invite a pensar en su reinvención como pieza de decoración.
Un claro ejemplo son los baúles de madera que los ejércitos empleaban en el pasado para transportar munición o alimento. Me encanta darle la vuelta al concepto y convertir algo de connotaciones bélicas en pacífica belleza decorativa.